
La provincia de Salta volvió a teñirse de luto tras la muerte de un motociclista de 63 años en un siniestro ocurrido en la ruta provincial 5, a la altura del ingreso a Apolinario Saravia. El choque con un camión fue fatal y elevó a 53 la cantidad de víctimas fatales por accidentes de tránsito en lo que va del año, según confirmaron fuentes policiales.
El hecho ocurrió el sábado por la tarde y fue informado por el vocero de la Policía de Salta, Cristian Aguilera. “El conductor de la moto falleció en el lugar debido a las graves lesiones”, detalló. Se trata de la víctima número 12 registrada en lo que va de mayo en siniestro viales, un mes particularmente crítico para la seguridad vial en la provincia.
Durante el fin de semana, la Dirección General de Seguridad Vial desplegó un operativo de control que alcanzó a más de 9500 vehículos en rutas provinciales y nacionales. Como resultado, se labraron 216 actas por violación de la Ley de Tolerancia Cero y más de 1100 infracciones por incumplimientos a la Ley Nacional de Tránsito. Sin embargo, la estadística muestra que los esfuerzos de fiscalización no logran frenar la tragedia.
De acuerdo a los datos oficiales, más del 61% de las víctimas fatales circulaban en motocicleta al momento de los accidentes de tránsito. Este dato reafirma una tendencia que se mantiene en alza y que pone en el centro de la escena a la moto como el vehículo más vulnerable en las rutas salteñas.
A este panorama crítico se suma una problemática que genera creciente alarma entre las autoridades: la cantidad de menores que circulan a bordo de motocicletas, muchas veces sin casco ni supervisión. “Los adultos responsables tienen un papel fundamental. No se puede permitir que menores estén al mando o sean transportados de manera insegura”, señalaron voceros de Seguridad Vial.
El promedio diario en Salta es de entre 10 y 15 siniestros viales graves, una cifra que pone en evidencia la necesidad urgente de reforzar no solo los controles, sino también la educación vial y la conciencia ciudadana.
Mientras las estadísticas siguen subiendo, el desafío parece cada vez más complejo: reducir la siniestralidad en un contexto donde confluyen la falta de prevención, la velocidad excesiva, la imprudencia y la escasa responsabilidad al conducir. Las rutas salteñas, una vez más, vuelven a ser escenario de una tragedia que se repite.